De la teoría a la práctica: un robot educativo entra en clase en la ESI para experimentar con la informática 21 diciembre 2025
Los estudiantes de Ingeniería en Electrónica Industrial comprueban de primera mano cómo la programación convierte ideas en movimiento
Un robot ha entrado en clase justo antes de las fiestas navideñas para hacer tangible la teoría que se estudia en informática. Ha ocurrido en la asignatura Fundamentos de Informática de la Escuela Superior de Ingeniería (ESI) de la Universidad de Cádiz, impartida por José María Rodríguez, quien ha aprovechado una clase para acercar a los estudiantes al mundo real de la programación.
“He querido que conocieran de primera mano una utilidad práctica de lo que enseñamos en teoría”, ha explicado el docente. Durante la sesión, los alumnos han podido ver cómo los programas que ellos estudian se traducen en acciones concretas: movimiento, control remoto y detección de obstáculos. Y todo a través de un invitado muy especial: un robot educativo con el que han puesto en práctica los conocimientos de programación de los alumnos del grado en Ingeniería en Electrónica Industrial.

El robot, controlado por una placa Arduino Uno y programado en un lenguaje similar al que se utiliza en las sesiones de la asignatura, ha sido configurado para ser dirigido desde un teléfono móvil mediante Bluetooth y también desde un mando infrarrojo. Además, gracias a sus sensores de luminosidad, el robot ha sido capaz de seguir el haz de luz de una linterna de móvil, y con el sensor de ultrasonidos ha podido detectar obstáculos y sortearlos de manera autónoma.
Más allá de la técnica, la actividad buscaba motivar a los futuros ingenieros y mostrarles que la programación no es solamente un concepto teórico, sino una herramienta con aplicaciones concretas en el mundo real. “La experiencia ha resultado tan atractiva que los alumnos propusieron fotografiarse con el robot al finalizar la demostración, un gesto que reflejó su entusiasmo y participación”, ha manifestado José María Rodríguez.
Para dicho profesor, esta iniciativa también tiene un valor añadido: visibilizar el trabajo que a menudo queda entre bambalinas en la labor docente. Actividades como ésta, que combinan teoría, práctica y curiosidad, muestran que la enseñanza de la informática puede ser tan dinámica como inspiradora, y refuerzan la formación de ingenieros preparados para los retos tecnológicos del siglo XXI.
